Matera: La ciudad de piedra
Matera no es simplemente una ciudad: es un relato esculpido en la roca, un entrelazo de historia y emoción que impacta la vista y el alma. Caminar por sus callejuelas es como atravesar un tiempo suspendido, hecho de grutas milenarias, arquitectura rupestre y silencios cargados de significado.
Capital Europea de la Cultura en 2019 y Patrimonio Mundial de la UNESCO, hoy Matera es símbolo de renacimiento cultural y belleza auténtica, capaz de regalar experiencias inolvidables a cada viajero.
Los Sassi y el centro histórico
El corazón palpitante de Matera son sus famosos “Sassi”: el Sasso Caveoso y el Sasso Barisano. Estos barrios, excavados directamente en la roca calcárea, forman uno de los núcleos habitacionales más antiguos del mundo aún habitados.
Paseando entre escaleras entrelazadas, terrazas naturales y casas-cueva, se respira el alma más auténtica de la ciudad.
Junto a los Sassi se abre el centro histórico, con elegantes palacios, iglesias románicas y plazas vivas llenas de artesanía y tradición. Todo compone un paisaje urbano único, que ha fascinado a directores de cine internacionales y sigue emocionando a quienes llegan por primera vez.
Iglesias rupestres y Parque de la Murgia
Uno de los aspectos más fascinantes de Matera es su espiritualidad esculpida en la piedra. Las más de 150 iglesias rupestres repartidas entre la ciudad y la Murgia —como Santa Maria de Idris, San Pietro Barisano y la Cripta del Pecado Original— son verdaderas obras maestras de arte y fe.
A pocos pasos del centro, el Parque de la Murgia Materana ofrece panoramas espectaculares: cañones, grutas prehistóricas y senderos en plena naturaleza con vistas sobre la ciudad que regalan escenas inolvidables al atardecer. Es el lugar ideal para los amantes del senderismo, la fotografía y las atmósferas poéticas.
Tradición gastronómica
El turismo en Matera también es un viaje de sabores. Las osterías y restaurantes locales ofrecen una cocina sencilla y genuina, basada en ingredientes del territorio: pan IGP de Matera, quesos curados, legumbres, pasta casera y los famosos peperoni cruschi (pimientos secos crujientes).
Junto a la tradición, crece una escena cultural vibrante: el MUSMA – Museo de la Escultura Contemporánea, festivales de cine, espectáculos entre los Sassi y talleres artesanales cuentan la historia de una ciudad en constante evolución, suspendida entre la memoria y la innovación.
